Cada vez son más las universidades que apuestan por la enseñanza no presencial o semipresencial como un modelo sostenible
Su nombre era Jill Watson. Su trabajo consistía en resolver las dudas de 300 alumnos de la Universidad Tecnológica de Georgia (EE UU), plantearles retos, recordarles las fechas de entrega de sus proyectos… a través del campus virtual. Su simpatía y su eficiencia calaron entre los estudiantes y, tras su primer año como profesora asistente, la premiaron con una de las mejores evaluaciones de la universidad. La sorpresa de los chicos fue mayúscula cuando otro profesor les confesó que Jill Watson era, en realidad, un sistema de inteligencia artificial elaborado por IBM.
Esta anécdota, recogida en el Wall Street Journal el pasado mayo, pone de manifiesto la transformación en que se encuentra inmerso el modelo tradicional de enseñanza. El auge de los cursos e-learning —educación a distancia mediante canales electrónicos, fundamentalmente internet— durante los últimos años ha sido imparable. El último informe sobre el mercado global del e-learning publicado por la escuela de negocios Online Business School en 2014 indica que en 2011 la industria movilizó algo más de 32.000 millones de euros y, en solo dos años, rebasó la barrera de los 50.000 millones. En 2015, el volumen de negocio del e-learning ascendió hasta los 100.000 millones.
“La educación online está empezando ahora a tener salida en España”, afirma Álvaro Lozano, responsable de marketing de AEFOL, la empresa que organiza la principal feria sobre e-learning en español. “Hasta hace poco, el e-learning ha sido algo muy secundario, sobre todo para las empresas”. Este joven de 24 años colabora en Expoelearning, un evento que tiene lugar entre España y Latinoamérica y que ha celebrado en 2016 su 15º edición. Recuerda la pregunta que más ha escuchado entre los asistentes: “¿Cuál es la mejor manera de que mis alumnos aprendan con la tecnología?”
Nada ha podido evitar que esta pregunta trascienda al sector universitario y la inclusión de campus virtuales —plataformas online a través de las cuales el alumno puede disponer de información adicional, interactuar con compañeros y profesores o entregar trabajos y proyectos— en cada vez más universidades a escala global no es un fenómeno que se deba pasar por alto. Muchas de las mejores universidades del mundo, entre ellas Stanford, Berkeley, Cambridge o Yale, utilizan Sakai, un software educativo de código abierto y no es desconocida para la gran mayoría de estudiantes universitarios en España la plataforma Moodle, el entorno educativo virtual más extendido del mundo con más de 79 millones de usuarios.
Los avances de la educación a distancia
El uso de las nuevas tecnologías se ha convertido en algo imprescindible en nuestras vidas. La comunicación transcurre en este momento en Whatsapp, Facebook, Twitter… “Sería ridículo, por tanto, esperar que la formación fuese única y exclusivamente presencial”, opina Erez Itzkovich, gerente de la Asociación de Proveedores de e-Learning (APeL). A pesar de que la formación universitaria a distancia en España se encuentra por encima del 15% del total, este israelí de 40 años defiende que existe un amplio margen de mejora en el que las universidades españolas tienen que asemejarse más al entorno profesional. “Además, encontramos en España entidades pioneras a nivel mundial, como la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que llevan años apostando por la formación e-learning prácticamente al 100% con unos magníficos resultados”.
El vicepresidente de la UOC, Carles Sigalés, no considera, por su parte, que se pueda hablar de España como un entorno aislado. “El e-learning no conoce fronteras geográficas, es un factor muy importante de internacionalización”, asegura. Sigalés, de 57 años, coincide con Itzkovich en el potencial de crecimiento de la educación a distancia. Señala como tendencia la inclusión de elementos de e-learning en las universidades presenciales, como una parte de su oferta completamente virtualizada.
Tampoco discrepa en este sentido el rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Alejandro Tiana: “Los números dicen que ha aumentado mucho la demanda, no solo porque haya más universidades en línea, sino que también hay más universidades convencionales que ofrecen algunos estudios a distancia. El número de estudiantes online ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años”. Tiana, de 65 años, recalca que la formación virtual cada vez se fomenta más entre empresas privadas y en el sector público. “Es una tendencia internacional, no es algo que solo pase en España. Antes la educación virtual estaba bajo sospecha y ahora es objeto del deseo”.
Un modelo sostenible
“Estamos pasando de un modelo centrado en la institución a un modelo centrado en el usuario y el sistema educativo tradicional se está desmoronando en este proceso de transformación”, explica Óscar Fuente, premio AEFOL al mejor talento de e-learning 2016 y fundador y director general de IEBS, una escuela de negocios que apuesta con fuerza por la educación online. En menos de siete años, han formado a más de 65.000 alumnos, una cuarta parte de ellos en máster y posgrado, de 37 países distintos.
Fuente considera que el e-learning está viviendo un momento de adaptación. Recuerda que, al principio, la educación online no era de calidad, sino que se limitaba a trasladar el contenido de la educación presencial a un canal diferente. “Ahora existen muchos proyectos que aportan valor al alumno”, asegura.
El valor diferencial del e-learning para este emprendedor de 44 años reside en el campo metodológico. “La gente quiere vivir experiencias educativas. Las personas quieren una educación personalizada y gracias a tecnologías como el big data evolucionamos hacia la personalización masiva en la educación”.
ESTAMOS PASANDO DE UN MODELO CENTRADO EN LA INSTITUCIÓN A UN MODELO CENTRADO EN EL USUARIO
Aunque el big data funcione como una herramienta fundamental de analítica predictiva para personalizar los ritmos de trabajo, no es la única tendencia que se baraja para el aprendizaje en línea. La gamificación, o introducción de mecánicas de juegos para potenciar la motivación del usuario; el microaprendizaje, o aprendizaje a través de pequeñas unidades de contenido autónomas e interconectadas; el uso de contenido multimedia, principalmente vídeo son algunas de las claves para entender el futuro del e-learning.
Pero si hay algo determinante en este modelo, más que las técnicas utilizadas, es una consecuencia directa del propio formato: el factor social y la interacción. “El rol de profesor cambia, se convierte en un mentor, un guía. De quienes más aprendes es de tus compañeros”, indica Fuente.
¿Cuándo termina la formación?
Según un informe del Ministerio de Educación del pasado curso académico, las mayores tasas de abandono se producen en las universidades no presenciales, con tasas acumuladas en los dos primeros cursos cercanas al 50%. “La tasa de abandono depende de dos factores, el tipo de estudiante y el modelo formativo”, explica Ana Landeta, directora de I+D+I de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA). Sostiene que cuando el aprendizaje no es guiado, sobretodo en el caso de cursos cortos y gratuitos, hay una mayor probabilidad de que el alumno abandone su proceso de formación. “Nosotros vamos a un público adulto, con mucha gente que estudia una segunda carrera como hobby. Si el estudiante costea su formación, la tasa de abandono es siempre menor”. Landeta, de 44 años, considera que la mejor manera de incentivar al alumno es acompañándole en su formación. “Nuestro leitmotiv es la universidad cercana. Disponemos de herramientas tecnológicas que nos permiten realizar un seguimiento”.