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Las empresas recurren cada vez más a técnicas de instrucción y entrenamiento para personas y equipos buscando soluciones. La crisis ha generado reajustes en muchas compañías, con sacrificios que han impactado en la estructura organizacional. El coaching y el mentoring entre otras técnicas de entrenamiento para profesionales intentan ayudar a reducirlo. Tras años aplicándose, muchas de estas técnicas han quedado obsoletas.

“El mundo del coaching es relativamente reciente y está renovándose constantemente, pero en muchas ocasiones no se ha sabido llegar a esta necesaria innovación”, cuenta Alfonso Alcántara, quien forma y entrena a equipos y empresas, en el V Congreso Internacional de la Asociación Española de Coaching Ejecutivo (AECOP), celebrado en Valencia la semana pasada. AECOP cuenta con más de 500 formadores especializados en la alta dirección de empresas. Según Alcántara, a lo largo de estos años, muchos profesionales han abusado de técnicas y mensajes que, se han desfasado. “La gente se ha cansado de ideas y consejos ambiguos, de oir que deben sacar lo mejor de sí mismos, que si quieren algo, lo pueden conseguir y que deben salir de la zona de confort”. “si los profesionales decimos continuamente que hay que salir de la zona de confort, quienes no lo hacemos somos nosotros mismos”, prosiguió Alcántara.

Este es uno de los principales problemas en este sector. “El coaching se ha entendido como una herramienta para motivar y animar, pero nos hemos olvidado que en ocasiones es imposible hacerlo, porque van mal las cosas y las situaciones se complican”, incidió Alcántara. Por eso, es necesario que dichos profesionales se encarguen de hacer entender que hay situaciones adversas y hay que aprender a aceptarlas. Vicente Sanz, ejecutivo de desarrollo de personal de Consum explica que a esto también se suma, “otro de los fallos es que las empresas recurren a estas técnicas cuando se llega al nivel máximo de incompetencia, por lo que resulta más complicado trabajarlo y los resultados tardan en ser visibles”.

Los abusos de estas técnicas han dañado la imagen del sector. “Cada vez nos presentamos más como entrenadores y menos como coaches”, explicó José Juan Agudo, entrenador de equipos empresariales y socio de AECOP. «Los clientes quieren saber qué vamos a hacer y cómo lo conseguiremos, no vender humo, ya que tristemente, se ha vendido mucho”.

Lo mejor que pueden hacer los directivos de RRHH y las personas dedicadas al entrenamiento personal, es la especialización, para ser realmente útiles en las empresas. “Sólo así serán irremplazables para las organizaciones, pues aun cambiando las profesiones y los problemas, las competencias permanecerán”, incidió Alfonso Alcántara.

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