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Con RRHH luchando contra un mercado laboral turbulento y el fenómeno de la “Gran Renuncia” acechando al entorno laboral español, lo último que necesita el área de gestión de las personas es preocuparse por un ambiente de trabajo tóxico.

Desde EXPORRHH traemos señales a tener en cuenta en un ambiente de trabajo tóxico:

Sin embargo, según un artículo publicado en la revista Forbes, el volumen de búsquedas en Google de “cuestionario sobre ambiente de trabajo tóxico” han aumentado un asombroso 700% solo en abril de 2022.

Forbes publicó su artículo, al mismo tiempo que McKinsey presentaba su propio informe sobre por qué el abandono de los empleos está batiendo todos los récords. La conclusión que plantea dicho Informe es clara: los empleados están reevaluando sus relaciones con los empleadores. Y, a muchos, no les gusta lo que ven.

Por lo tanto, parece lógico que RRHH preste atención a los signos de toxicidad en los ambientes laborales. Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de ambiente de trabajo tóxico?

Definir qué es un ambiente de trabajo tóxico

Un ambiente de trabajo tóxico es aquel en el que el malestar, las discrepancias y la disfunción están a la orden del día. Es una cultura que fomenta los entornos laborales agresivos. Que hace la vista gorda ante el liderazgo abusivo y arbitrario. Y que hace poco o nada para prevenir políticas laborales discriminatorias.

Si tu organización práctica una cultura tóxica, el trabajo, las personas y el entorno pueden causar niveles de estrés poco saludables que pueden afectar también a la vida privada. Y perjudicar la calidad de vida de las personas o dificultar su crecimiento profesional.

Cuando una empresa tiene un ambiente de trabajo tóxico, lo más probable es que experimente niveles de productividad más bajos. Y que le resulte difícil fidelizar a los empleados durante un período de tiempo significativo. Por supuesto, la dificultad también se hará manifiesta a la hora de atraer a los mejores talentos.

Si te preocupa que una cultura tóxica pueda frenar el éxito de tu organización, tienes que prestar atención a las señales. Aquí te dejo algunas para que puedas identificarlas más fácilmente:

Los chismes y la intimidación se consideran normales.

Es típico que se formen grupos de amigos en las empresas. Especialmente si pasas 7-8 horas al día con un equipo. Sin embargo, existe el peligro de que esos grupos de amigos se conviertan en «camarillas». Y que acaben normalizándose los chismes  y la intimidación. Comportamientos que se justifican como una simple «broma». Esto es algo a lo que los equipos de recursos humanos deben prestar mucha atención.

Bromear con los compañeros en el lugar de trabajo puede parecer una diversión inofensiva. Pero los comportamientos más dañinos que se excusan como «bromas amistosas» pueden pasar factura a los empleados. Si no se controlan, los comportamientos inapropiados  pueden convertirse  en acoso o intimidación.

En el peor de los casos, las personas acabarán creyendo que pueden salirse con la suya. Y que nunca serán responsables de sus acciones. Esto es algo que no debe tolerarse en un ambiente de trabajo saludable.

Recursos Humanos debe prestar atención a:

  • Tasas de abandono inexplicablemente más altas en unos equipos que en otros
  • Comentarios de los empleados sobre situaciones que indican que puede haber un problema
  • Resultados de las encuestas de clima que indican una disminución en la confianza y motivación de los empleados

La toma de decisiones siempre se produce de arriba hacia abajo

El trabajo en equipo y la colaboración son dos partes importantes de un ambiente de trabajo saludable. Ayudan a generar nuevas ideas y formas de trabajar. Y fomentan la cooperación entre equipos y departamentos. Sin embargo, un enfoque de liderazgo de «hazlo como yo digo» puede ser una señal reveladora de que se ha desarrollado una cultura de trabajo tóxica.

En esta situación, las decisiones provendrán de los niveles más altos de la cadena de gestión. Y no se tendrán en cuenta la aportación ni los comentarios de otros miembros de la plantilla. Ni siquiera aunque pudieran aportar ideas interesantes.

Cuando la comunicación o la toma de decisiones se vuelve unilateral, puede llevar a los managers y a sus empleados a formar dos grupos separados que rara vez interactúan. Como resultado, a menudo no habrá consenso sobre cómo abordar un proyecto o resolver un problema. Las decisiones comerciales clave estarán mal informadas. Y, culturalmente, los empleados dejarán de compartir comentarios o ideas. Todo ello,  obstaculizará la creatividad y alentará la desconexión y la desmotivación.

Recursos humanos debe prestar atención a:

  • Las decisiones críticas que aparentemente se toman por capricho sin consultar
  • Las evaluaciones de desempeño que revelan que los empleados sienten no se escuchan sus opiniones ni se valora su contribución

Prácticas laborales despiadadas

Una empresa que alienta o ignora las prácticas laborales despiadadas exige el éxito a toda costa.  No importa si se consigue a expensas de los demás.

Este es quizás uno de los peores entornos para trabajar. Y, uno de los más dañinos. Si bien un grado de competencia saludable dentro de una empresa puede ser beneficioso, una mentalidad de «éxito a cualquier precio» puede ser increíblemente perjudicial, tanto para la empresa, como para el bienestar de su gente.

Recursos Humanos debe prestar atención a:

  • Líderes empresariales que se enfocan únicamente en la calidad o cantidad del trabajo, en lugar de las personas que lo hacen
  • Empleados que sienten que sus esfuerzos no son recompensados ni reconocidos
  • Compañeros que rara vez se ayudan o se apoyan entre sí para lograr sus objetivos

Fuente: Cezanne

 

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